(Años trabajando con Garrido, admirandole desde mucho antes; desde Necrodead... cuando era más joven robaba afiches de su banda y los coleccionaba, así también guardo aún... con celo... las entrevistas antiguas.
Sin que Garrido Kohl se enterara a veces me perdía en el cyber espacio buscando fotografías antiguas de sus bandas...
Pero nada. ni Necrodead, ni Bachelor, ni solo...
He trabajado por años con él, desde otro extremo más melodioso, más cargado a la poesía, a las palabras crueles, a las metaforas sinceras, a los rasgueos rudos y secos...
Hablamos poco de rock; tal vez por nostalgia suya, tal vez por nostalgia mía... tal vez porque mis amigos pueden tener mil bandas o ninguna y siguen siendo para mí "mi amigo", "una persona"... alguien que vale más por sus palabras honestas y claras que por los discos vendidos. Alguien que vale más por su mirada sincera que por los aplausos y delirios...)
Debo reconocer también,
que suelo hacer la diferencia entre mi admiración por el músico
y el cariño por aquel que sigue siendo verdadero
aún cuando las luces
han perdido su brillo.
Años trabajando con Garrido,
almuerzos interminables...
mis amigos,
sus amigos.
La Piojera,
Las Prietas
La sopa casera.
Poner la "pava" a las 5
dejar el hervidor eléctrico para otros tíos.
El té de hoja
El mar de Castro
La Mila, La Carola
Y mi padre que le ama como si fuese otro hijo.
...Entonces, despúes de años y años de circo me llama desde Rancagua y me dice: " he mandado un correo para armar nuestro sitio"
Ahí colapsé en un segundo... que fue eterno, terrible y esquivo...
Me mandaba fotos
Garrido había "enloquecido"
Ahí estaba su historia, las arrugas y ademanes que he visto y que he vivido.
No pude menos que llorar el recuerdo de él y el mío...
Leonor Dinamarca
